Montblanc Bohème Rouge et Noir

Sin duda alguna la más importante de las plumas de mi colección. No ya por la marca, que es fetiche propio, tampoco por la relevancia de la Bohème que destaca tanto entre las Montblanc como en el conjunto del mundo estilográfico, sino sobre todo por la manera en que llegó a mi.

Se trata ni más ni menos que de un regalo, pero no un típico regalo de los que llegan en el cumpleaños o fechas relevantes sino uno maravillosamente inesperado, de los que te cogen desprevenido y con cara de tontolaba. No podía ser de otra manera no obstante, siendo también por parte de una persona tan maravillosa y única como lo es Nieves, a quien el tremendo cariño que le tengo, así como también a Pablo, poco o nada tiene que ver con este regalo.

De vuelta a la estilográfica...

Es una pluma pequeña, midiendo tan sólo 10,8 cm cuando está cerrada. Monta un plumín retráctil de oro de 14K rodiado con el grabado clásico de la marca. El mecanismo que permite la salida del plumín es mediante rotación del extremo del cuerpo, para lo cual lo más cómodo es enroscar en éste el capuchón ya que el mismo movimiento hace salir el plumín, quedando con una longitud abierta de esta forma de 13,5 cm, todavía por debajo de los 14 cm de la Meisterstück Classique.

El cuerpo es de resina negra de alta calidad con adornos chapados en oro y monta un rubí sintético de color rojo sobre el clip.

Adquiere especial relevancia que esta pluma presenta en el anillo posterior del cuerpo el grabado Montblanc Rouge et Noir que la identifica como perteneciente a las primeras de esta línea vendidas durante el periodo de Junio a Septiembre de 1999. Más tarde la marca tuvo que cambiar a Bohéme Rouge y eliminar el grabado por problemas de copyright. Así pues tengo la enorme suerte de disfrutar de una de estas primeras piezas de un modelo y marca tan emblemáticos en el mundo de las estilográficas.

Lo que respecta al método de carga utiliza cartuchos universales pequeños, lo que eleva la versatilidad de la pluma al permitir que utilicemos una gran variedad de tintas tanto dentro como fuera de las propias de Montblanc. En lo personal yo la utilizo con tinta MB Burgundy Red ya que me parece un color que combina a la perfección con la pluma y su apariencia, acentuando la relevancia del rubí rojo.

Cabe destacar que requiere de un cuidado especial dado que el mecanismo retráctil del plumín impide que la limpiemos con un chorro de agua como haríamos con otras piezas ya que si lo mojamos corremos el riesgo de que pueda dañarse.

Para limpiarla en profundidad al principio empecé bañando el plumín en agua tibia, con cuidado de no llegar al mecanismo del mismo, y dejando que la acumulación de tinta se ablandase y fuera diluyendo. Además cargué un cartucho limpio con más agua para que fuera trabajando desde el interior. A partir de aquí es un trabajo más de paciencia que de precisión repitiendo estos pasos y cambiando el agua cuando se haya acumulado bastante tinta en ella. Una vez se conseguí un flujo limpio cambié el cartucho por uno con tinta y luego de un par de días de manejarla el trazo es maravilloso y no da ningún problema.

En cuanto a la comodidad ya he mencionado que es una pluma pequeña y quienes sean amantes de las oversize lo notarán, pero cuando la montas con el capuchón no se nota especial diferencia, sobre todo si la pones frente a una Lamy Safari o una Twsbi Eco (ambas en este caso sin el capuchón que es como las suelo utilizar). Además el pequeño tamaño permite llevarla a cualquier lugar con comodidad, eso sí no es una pluma para llevar en el bolsillo, hay que darle los cuidados que merece.

Además de cómoda en la mano, es una pluma que escribe estupendamente. Sin ser flexible sí que nos va a permitir cierto carácter en la escritura con ligeros cambios en el grosor del trazo, a esto ayuda el tamaño de plumín mediano que monta.

En resumen una pluma que adoro, por su historia dentro del mundo estilográfico como por su historia conmigo y las personas a quienes me recuerda, por tratarse de un modelo y marca emblemáticos y por la satisfacción de escribir con ella. Para algunos una de las plumas imprescindibles como coleccionista y no podría estar más de acuerdo.

Sin ninguna duda es la matrícula de honor de mi colección y una estilográfica a cuidar para que dure más que yo mismo.